M. Perezagua: Leche & Criaturas abisales
Marina Perezagua: Leche
& Criaturas abisales.
Los libros del lince. Prólogo (Leche) de Ray Loriga.
Comienzo esta
reseña mirando al agua, con cara de partido de waterpolo como cada sábado tarde.
No voy a pararme a explicar el origen de esta afición… que ni siquiera es mía.
Yo lo que quiero es escribir sobre Criaturas
abisales y Leche, o sobre Leche y Criaturas abisales.
Perezagua practica el buceo a pulmón. Algunos la llaman sirena
pero no estoy de acuerdo: su escritura embate como un kraken. Elegancia, contundencia, fluidez,
imaginación, precisión y una inmensa
inteligencia. Criaturas fascinantes en marcos minuciosamente
alicatados. Relatos que arrastran hacia incómodas
profundidades y dinamitan toda frontera y toda horma desde el latido de una vena reseca.
Para parir hay que
vaciar los pulmones con el fin de no abrirse en canal, y así conviene hacer (me
refiero a extraerse el aire) frente a estos veintiocho cuentos. El horror se nos clava en el mismísimo
ano. La autora oxigena el metano antes de que
este abandone nuestro cuerpo. De
cada historia brota un lirismo visceral: el de la supervivencia.
Perezagua posee el
don de los finales, sí, en la última página aguarda el palo maestro. Sin
embargo, son relatos repletos de golpes colosales, de zarpazos que nos
ponen firmes, ¡AR! Atención,
ahí, la vida, sin tregua ni pausa, ¡AR!
Ejercitemos esas tercas neuronas, zambullámonos a contemplar
la carita fina y monstruosa de las cosas. Porque estamos excluidos del mundo y
sin embargo aquí dentro.
Sobresale una
conmovedora galería de personajes, originales y vivísimos todos ellos. La
autora como genial ventrílocua. Nos habla y no nos habla. Nos mira y no nos
mira. Selección (subjetiva) de favoritos: a) En Leche: ‘MioTauro’, enraizado en la tragedia griega, ‘Little
Boy’, ‘El alga’, ‘Él’, ‘Leche’; b) En Criaturas
abisales: ‘Fredo y la máquina’, ‘El rendido’, ‘El testamento’, ‘Desraíceme, por favor’, ‘La Impenetrable’.
Quien diga que todo
está escrito, miente. Huracán Marina.
¿Aún no existe? Perezagua fecunda la literatura. Meteorólogos y traductores del
mundo: ¿A qué esperan? Yo me entrego.
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